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Recientemente has lanzado el disco “Eric Woolfson sings The Alan Parsons Project that never was”. Nos gustaría que les comentaras a nuestros lectores cómo surgió el proyecto, y de qué forma se realizó la selección y recuperación de las canciones.
Hemos ido seleccionando canciones de diversas épocas, y según las finalizaba eran incluidas en el proyecto. Básicamente la elección fue aleatoria. Obviamente “Any other day” corresponde a la etapa de Eye in the sky, y “Rumour goin’ ‘round” pertenece a las sesiones de grabación de Stereotomy. “I can see round corners” se incluirá en el musical Dancing Shadows que estrené en Corea en 2007. Respecto a “Nothing can change my mind”, que planeo incluir en futuras producciones de mi musical Gaudí, no recuerdo exáctamente cuándo la escribí. Estoy constantemente desarrollando nuevas ideas, muchas de ellas intercambiables, y la decisión de incluir una canción en uno u otro álbum muchas veces corresponde a la propia compañía de discos. Otras canciones estaban preparadas para incluirse en segundas o terceras versiones de los discos de Alan Parsons Project, ya que muchos de los temas fueron tratados sólo superficialmente. Por ejemplo, mi disco POE, More Tales of Mystery and Imagination debería realmente haber sido nuestro segundo trabajo, pero al cambiar de compañía no pudo ser. Varias de las canciones que compuse entonces están en este The Alan Parsons Project that never was.
Tengo entendido que Alan Parsons no ha participado en el proyecto. ¿Se lo pediste? ¿Cómo son actualmente vuestras relaciones?
Bueno, el gusto de la gente no suele cambiar mucho con los años, así que si entonces no le gustaban estas canciones no creo que le fueran a gustar ahora. Ademas, necesitaba gente entusiasmada con el proyecto. Alan y yo nos hemos movido por diferentes caminos en los últimos años, salvo últimamente cuando hemos colaborado en la reedición de los discos de Alan Parsons Project.
A pesar del título del disco, incluyes algunas canciones que pertenecen a tu etapa en solitario.
Como compositor de los temas y responsable de las ideas, considero como propias tanto las composiciones que realicé para Alan Parsons Project como las que incluyo en mis musicales. Al rebuscar en mis archivos me sorprendí al encontrar mucho material inacabado, canciones que podían haber entrado perfectamente en los discos del grupo. Ahora doy la oportunidad a la gente para que las conozca. Respecto a las canciones de mi etapa en solitario, aunque se hayan lanzado muchos años después de la separación del grupo todas ellas empezaron a componerse, de una u otra manera, en mi época de Alan Parsons Project.
De alguna forma el título del disco sirve también para reivindicar tu papel en The Alan Parsons Project, en mi opinión bastante poco valorado.
No creo que mi papel estuviese poco valorado, simplemente mi nombre no es muy conocido. Alan aparecía como coautor muchas veces por presiones de la compañía, ya que su nombre era más atrayente. Puede que mi papel a veces no estuviera claro, por lo que me alegro de aprovechar estas entrevistas para dar explicaciones: fue decisión mía que el grupo no hiciera referencia a mi nombre. Alan era más conocido, y yo estaba más cómodo en la sombra.
Has comentado recientemente que esa decisión fue la mejor y la peor que tomaste en tu vida. ¿Estás realmente arrepentido de ella?
Fue la mejor porque disfruté de todas las ventajas del éxito sin pagar el precio de la atención mediática sobre mí y sobre todo sobre mi familia. Fue la peor porque cuando saco un nuevo disco como este tengo que volver a explicar toda la historia, y siempre tengo que usar el nombre de Alan Parsons Project para que se entienda la conexión. Pero para mí las ventajas pueden más que los inconvenientes, así que no, no estoy arrepentido.
¿Fue algo premeditado que todos vuestros discos giraran alrededor de una idea, de un concepto determinado?
La idea de Alan Parsons Project era hacer discos de calidad independientemente de los artistas o los cantantes. En el negocio del cine estaban empezando a ser más importantes los directores (Hitchcock, Kubrick) que sus obras, y nosotros queríamos que cada disco del proyecto girase sobre un concepto central, en lugar de tener una serie aleatoria de canciones sin relación entre sí.
¿Cómo recuerdas aquella etapa? ¿Cuál es tu álbum favorito de todos los que creaste junto a Alan Parsons?
Como cualquier grupo, cuando empezamos en 1975 estábamos tremendamente emocionados y excitados. Entrábamos en terreno poco explorado, y teníamos un montón de ideas que desarrollar. Lógicamente en cada nuevo trabajo se hacía más difícil encontrar ideas frescas. Tras 10 discos estaba claro que nuestras ideas nos llevaban en direcciones diferentes. En cuanto a mi álbum favorito, todos lo son. De todas formas el primero, Tales of history and imagination me resulta muy especial, aunque pienso que nuestro punto culminante fue Eye in the sky.
Lógicamente, nos interesa mucho tu etapa en Alan Parsons Project, ya que ocupó prácticamente 20 años de tu carrera. Sin embargo, tu vinculación con la música viene de bastante antes. Aprendiste a tocar el piano por ti mismo, desde muy pequeño, ¿cierto?
Recuerdo, cuando era un crío, ver tocar a mi tío Fred desde debajo del piano, fijándome en los movimientos de sus dedos y en las notas que sonaban. Empecé a tocar de oído e hice algunos duetos con mi tío. Mis padres intentaron que tomara lecciones de piano, pero me era imposible leer música. Al final aprendí por mí mismo.
Como músico de sesión trabajaste con muchas de las grandes figuras de la segunda mitad de los 60. También escribiste canciones para gente como Marianne Faithfull o The Tremeloes. Siempre he pensado que aquella fue una gran época, tal vez la mejor, para estar metido en el mundo de la música. ¿Cómo fue la experiencia?
Los 60 fueron, sin duda, la época dorada de la música, y yo tuve la suerte de empezar por entonces. Fui contratado como compositor por Andrew Loog Oldham, que como todos los lectores sabrán era el productor y mánager de los Rolling Stones. Andrew necesitaba canciones para muchos artistas, como Marianne Faithfull o Chris Farlowe, y yo se las suministraba. Fue para mí un proceso de aprendizaje, y como músico de sesión me relacioné con mucha gente que luego llegó a ser muy conocida, como por ejemplo Jimmy Page y John Paul Jones, a quienes conocí antes de formar Led Zeppelin. ¡Creo que un día escribiré mis memorias!
También trabajaste con Andrew Lloyd-Webber y Tim Rice. ¿Viene de entonces tu fascinación por los musicales?
Estábamos en la misma compañía, pero no llegamos a trabajar juntos. Sin embargo, los tres teníamos un mismo problema: el tipo de música que escribíamos no era la típica canción de 3 minutos que todos los grupos buscaban. Nuestro trabajo era más conceptual, más temático. Ellos tuvieron la brillante idea de empezar a crear musicales, mientras que yo fundé Alan Parsons Project. Más tarde me di cuenta de que, efectivamente, los musicales eran un vehículo más apropiado para mis composiciones.
Tocabas, componías…También creo que estuviste a punto de ser miembro de los 10CC, en mi opinión uno de los grupos con más talento y menos valorados de entonces. Sin embargo tu primer gran éxito fue como manáger, con “Kung Fu fighting” de Carl Douglas.
Bueno, a principios de los 70 conocí y trabajé con varios músicos que luego formaron 10cc. Eric Stewart ha producido trabajos míos, y yo he producido trabajos de Graham Gouldman. Lamentablemente por entonces trabajar con ellos no me garantizaba unos ingresos fijos, así que me trasladé a Londres. De todas formas me sentí muy confortable, creativamente y artísticamente, con ese talentoso grupo de músicos que más tarde formarían 10cc. Respecto a mi trabajo como mánager, la verdad es que cuando empecé con Carl Douglas ya tenía “Kung Fu fighting” en el número uno. Mi siguiente cliente ya fue Alan Parsons, que era muy conocido por su trabajo con los Beatles y en The Dark Side of the Moon, y que a su vez producía a gente como Pilot, Cockney Rebel, Al Stewart o John Miles.
Siempre has dicho que no te considerabas un cantante. Sin embargo, si no me fallan las cuentas, tus temas de más éxito aquí en España fueron precisamente los que cantabas tú: “Eye in the sky” y “Don’t answer me”, principalmente. ¿Por qué no te prodigaste más como cantante?
Me hubiese gustado cantar más canciones, pero Alan era el productor, y su decisión fue utilizar diversos cantantes en nuestros discos. En los bonus de las ediciones extendidas de los discos se pueden escuchar diversas demos cantadas por mí, grabaciones que utilizábamos como guía para los cantantes definitivos.
Próximamente estrenas un nuevo musical basado en la vida y obra de Edgar Allan Poe, justamente ahora que se cumplen 200 años de su nacimiento. El estreno mundial es en Alemania, ¿cierto? Creo que tus otros musicales también fueron estrenados fuera de Inglaterra. ¿Hay algún motivo especial para ello?
Por algún motivo mi música es mejor recibida en lugares como Alemania, America y España que en Gran Bretaña. No es sorprendente, por tanto, que encuentre más facilidades para estrenar mis obras fuera de mi país. No tengo ningún problema con ello; es más, me divierte trabajar en países lejanos como Corea o Japón. Como escritor me fascina ver la reacción de la gente, sobre todo cuando traducimos la obra a lenguajes que desconozco. Mi próximo estreno mundial (el musical Edgar Allan Poe se estrena el 28 de agosto en Halle, Alemania) será enteramente en alemán, aunque espero girar por diferentes países europeos y adaptaremos la obra a los lenguajes más relevantes en cada caso.
Tu primer álbum con Alan Parsons también estaba inspirado en la figura de Poe, nunca has ocultado tu interés por su persona. También dedicaste un disco a Gaudí, otro artista con una vida agitada. ¿Te atraen este tipo de personajes en los que su vida es en ocasiones tan interesante como su obra?
Bueno, en el caso de Gaudí para mí lo más excitante es su magnífica obra, su vida siempre me pareció bastante gris en comparación. Pero la genialidad de su obra es suficiente inspiración para mí. Muy diferente es el caso de Poe, cuya vida fue en muchas ocasiones más extraña y estrambótica que su propia y extraordinaria obra. Así que Poe me inspira doblemente. No hay ninguna duda de que encuentro inspiración en grandes mentes como Gaudí, Poe o Sigmund Freud.
Bueno, ha sido un placer hablar contigo. Mucha suerte con tus proyectos. ¿Te veremos con alguno de ellos por España?
Gracias a vosotros por la interesante entrevista, he disfrutado respondiendo vuestras preguntas. Espero hacer algunas representaciones en España, obviamente mi musical Gaudí se sentiría allí como en casa.